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Cuando viajamos, a todos nos han ocurrido cosas que nos han molestado o que incluso nos han arruinado las vacaciones. Ahí van 10 de ellas ¿coincidimos?

10 Cosas que me molestan cuando viajo

Viajar es maravilloso. Si no pensara eso sería ridículo que tuviera un blog sobre esta temática desde hace tiempo. Sin embargo, en numerosas ocasiones viajar implica tener que hacer frente a una serie de imprevistos, incomodidades e infortunios que no son plato de buen gusto. Unos de mayor importancia, otros de importancia relativa pero que, en definitiva, antes o después suelen ser ingredientes omniprensentes en nuestro cuaderno de bitácora.

A continuación verás un listado que incluye diez de ellos. A ver si coincidimos:

1 – Encontrarse los edificios en obras

Obras

Esto es el pan nuestro de cada día. Que levante la mano aquél que, ilusionado, acude por primera vez a visitar ese monumento que ha visto tantísimas veces retratado en revistas, postales o películas, y cuando llega se encuentra su fachada cubierta por andamios. Ese es un mal viajero de los más comunes, que escapa a nuestro control… pero afortunadamente tiene solución: regresar en otro momento 😉

2 – Perderse y tener que preguntar hacia dónde ir

Perderse

Sí, lo reconozco. Como todo hijo de vecino me pierdo a pesar de tener un mapa preciso del lugar y estudiarlo concienzudamente. Me encanta intentar orientarme cuando estoy en una ciudad pero, en ocasiones (sólo en algunas :)), mis cábalas mentales no se corresponden con la realidad geográfica del lugar y termino en sitios insospechados, a veces mejores de los que pensaba visitar inicialmente. Sin embargo, quizá sea momento de buscar ayuda, ¿no?

3 – Tener que cubrirse los hombros y las piernas para entrar a algunos monumentos

Usar Ropa Adecuada

Sé que es un tema controvertido pero, si soy sincera, es un asunto de los que más me molestan cuando viajo. Me ha sucedido muchas veces que, haciendo turismo en verano o en países donde las temperaturas acostumbran a ser muy altas durante todo el año, se exige cubrirse los hombros y las piernas para entrar en lugares de culto, lo cual es respetable. Lo que ya no me parece tan respetable es que se aprovechen de que la persona que quiere ver el monumento no lleve un pareo con el que cubrirse y la opción que te ofrezcan sea comprar un trozo de tela que parece esparto por un «módico» precio, al cual hay que sumar el de la entrada, por supuesto… pero bueno, al menos te ofrecen esa opción, porque en muchos otros sitios, ¡ni eso!

El hecho es que no todo el mundo sabe que para entrar en recintos religiosos hay que vestir de manera apropiada o, simplemente, se les olvida. Por ello, ¿no sería más honorable ofrecer un trozo de tela con el que cubrir las «vergüenzas» del pobre turista y que luego ese mismo «pañuelo» se devolviese de forma gratuita al terminar la visita? Pero, entonces, ¿dónde estaría el negocio?… solución: llevar un pareo siempre con nosotros.

4 – Viajar con exceso de equipaje

ExcesoEquipaje

En realidad esto sucede porque nosotros lo permitimos, ya que tiene fácil solución… viajar con maletas de tamaño reducido, como las permitidas dentro de la cabina de avión, o mochilas pequeñas. Yo, sin ir más lejos, después de descubrir las ventajas de viajar sin apenas equipaje, no creo que me vuelva a ver con tres bultos y cargada como una mula, a pesar de mi sonrisa.

5 – Que la cámara no funcione

ErrorCamara

Hay cosas que nos ponen de muy mal humor y esta es una de ellas. El problema es que está fuera de nuestro control. Lo único que podemos hacer es contar hasta 10 y rascarnos un poco el bolsillo para ver si en alguna tienda especializada del lugar nos ofrecen alguna solución. En ocasiones, aprovechar la coyuntura y comprar una cámara nueva puede salir muy a cuenta, sobre todo si estamos de viaje por Asia.

6 – Dormir mal y poco

DormirMal

Este motivo lo he incluido en el listado porque todos hemos soñado alguna vez con dormir en un hotel de cinco estrellas, con jacuzzi en la habitación y unas vistas que quitan la respiración… pero la realidad es otra. No siempre es posible permitirse estos lujos (es mas, casi nunca lo es), pero no hay de qué preocuparse ya que la experiencia me dice que tampoco tiene por qué ser la mejor opción. Hay veces que hasta agradezco verme en la «obligación» de dormir en sitios no demasiado confortables, ya que las mejores noches o las que recuerdo como las más divertidas han tenido lugar en aeropuertos, paradas de autobús, montañas perdidas o Mc Donalds del mundo. Os animo a que lo probéis alguna vez, ¡mirad mi cara de felicidad! Y además se ahorra dinero 😉

7 – Tener problemas con el coche de alquiler

ContratiemposCoche

Cuando uno alquila un coche de alquiler en el extranjero o se lleva el suyo propio de viaje, nunca piensa que pueda tener problemas como el de la foto, o que después de estacionarlo correctamente se lo vaya a encontrar con un golpe considerable. Esto último ya me ha pasado dos veces y os aseguro que no alegra demasiado el día. Sobre todo si en el momento de alquilar el vehículo no se ha hecho a todo riesgo… pero bueno, a veces hay suerte y los revisores de las compañías de alquiler pasan arañazos por alto 😉

8 – Querer visitar un sitio y llegar cuando está cerrado

Cerrado

Otro mal intrínseco a viajar. Ya sea por cambio de horarios, por estar mal informado o simplemente por llegar con el tiempo pegado a la espalda… el caso es que encontrarse con la puerta cerrada de ese castillo increíble o ese museo único en el mundo es algo habitual. Solo queda resignarse y seguir nuestro camino hacia el próximo punto marcado en el itinerario. ¡Otra vez será!

9 – Cancelaciones y retrasos en los transportes

Cancelaciones

Estás cansado después de varios días de caminatas interminables y lo único en lo que piensas es en llegar a casa lo antes posible y darte una ducha de agua caliente pero… ¡NO! Qué va… por inclemencias del tiempo, problemas técnicos o razones incomprensibles que nunca quedan claras, el avión, tren o autobús de turno se retrasa varias horas o, incluso, se cancela. Ante eso poco podemos hacer, a no ser que seamos Madonna o Barack Obama, en cuyo caso nunca viajaríamos en un avión comercial.

10 – Encontrar a cientos de personas en un sitio de ensueño

Aglomeraciones

Para terminar he escogido el paradigma de la típica situación indeseable que tiene lugar constantemente, no importa dónde vayas. Me refiero al mal de las aglomeraciones. Te imaginas un escenario de ensueño, una playa desierta, una montaña virgen, una ciudad vacía y lista para ser explorada en soledad, como aparece retratada en todas las postales y revistas que has visto previamente durante la fase de documentación. Cuando llegas al sitio exacto con el que has estado soñando despierto, ¡ZAS! parece que estuvieras en Benidorm. Solución: intentar salirse de las rutas comerciales y de los itinerarios turísticos, pero cada vez resulta más y más difícil. Aún así, la esperanza es lo único que se pierde. ¡Ánimo!


Hola! Soy Patricia, fácilmente me podrás encontrar de ruta por Noruega, haciendo fotos en Seúl o comiendo paella en Ibiza. He viajado a casi 50 países y tachado de la lista algunas aventuras épicas que siempre quise vivir.

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6 Responses
  1. […] Supongo que compartimos más de un sueño viajero. No es difícil porque hay decenas, cientos, miles… tantos como personas que habitan en este mundo. Uno de los míos consiste en descubrir un rincón inédito en el que poder disfrutar en soledad de una belleza pura, donde la fauna y flora del lugar no hayan sido alteradas por el ser humano (el contrapunto sería una de mis pesadillas viajeras). […]

    1. Hola Míriam!
      Muchas gracias!! Lo cierto es que si se viaja con cierta frecuencia, antes o después se vivirán situaciones como las descritas… y algunas, a pesar de lo que parezca, pueden llegar a tener mucho encanto! 🙂
      Felicidades por tu blog! Te seguiré de vez en cuando!
      Saludos viajeros!

  2. Pablo

    Coincido en algunas… en otras no jejejeje
    En general todas las cosas que describes son parte del viaje que uno tiene que asumir cuando está por ahí, aunque es verdad que algunas son más molestas que otras. Perderse y tener que preguntar me parece interesantísimo y más cuando estás en un país tan difernte donde puedes interaccionar con la gente de local, esa la veo más como parte de la aventura de viajar que como una incomodidad.
    Saludos y sigue escribiendo!!
    Pablo.

    1. Hola Pablo!
      Es cierto que preguntar a locales siempre es interesante y sin duda esta es una buena excusa. Lo que ocurre que para mí coger un mapa es una de mis actividades preferidas. De hecho, diría que el orientarme bien y rápido me lo tomo como un desafío… como si estuviera compitiendo en Pekin Express, de ahí que sea reticente a preguntar.
      Pero hay momentos en los que se antoja imprescindible e incluso apetecible por, como dices, conocer a gente que de otra manera sería difícil hacerlo 🙂
      Gracias por dar tu punto de vista 😉
      Besotes viajeros!

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