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Si has pensado que las personas mayores o discapacitadas es probable que no viajen a causa de su edad o limitaciones, estás pero que MUY equivocado…

Nardy, la viajera (octogenaria) más vital que conozco

Nardy

Reconoces cuando alguien es especial en cuanto cruzas un par de frases con esa persona. Es entonces cuando te das cuenta de lo mucho que te puede ofrecer y sientes el deseo de estrechar lazos.

Hoy te quiero presentar a Nardy. Es una mujer de 83 años, natural de Cáceres e hija adoptiva de Alcuescar, madre de 12 hijos, abuela de 20 nietos, bisabuela de tres bisnietos y, adivina… ¡viajera empedernida!

Si a eso le añadimos que desde pequeñita sufre de sordera, en seguida te das cuenta que está hecha de otra pasta. Ella se saltó la cadena de montaje y decidió hacerse a sí misma, pieza a pieza, con cada una de las experiencias que ha ido atesorando a lo largo de su vida.

Es dinámica, actual y tiene unas ganas de vivir contagiosas. Su evolucionada manera de pensar la posibilita escribir su propia historia a diario. Sin rutinas. No es de aquellas personas que espera a que el destino haga su trabajo. Se revela contra él, viviendo de acuerdo a lo que dicta su corazón, y termina ganándolo por goleada.

Seguro que ya lo has adivinado. Efectivamente, Nardy es una de esas personas especiales de las que te hablaba al principio. Infinitamente más vitales, optimistas y humanas que la gran mayoría. ¿Cómo lo hacen?, ¿de dónde sacan las energías?, ¿en qué escuela han estudiado?

Para mí, su grandeza reside en que, sin pretenderlo, se erigen como auténticos ejemplos a seguir en tiempos en lo que las modas y lo socialmente aceptado rigen nuestro devenir sin remedio.

Por primera vez en el blog introduzco el formato entrevista en mis artículos. Me encanta enriquecerme con la vida y obra de otros viajeros y no imagino una mejor manera de comenzar esta nueva sección con otra persona que no sea ella. Una viajera octogenaria, que demuestra con hechos que lo fundamental para afrontar la vida se reduce a un único concepto: actitud.

Ahora sí, te dejo que sea ella misma la que te cuente su historia y cómo su pasión por los viajes le ha cambiado su día a día…

P-¿Por qué te gusta viajar?

N-Porque en cualquier parte del mundo encuentro gente amable, cariñosa y buena. Me siento muy acompañada cuando voy de viaje por gente que incluso no conocía de antes. Continuamente hago nuevas amistades.

P-Y ¿Cuándo descubriste tú pasión por viajar?

N-Después de morir Paco, mi marido, mi hija Mari Carmen me proporcionó un viaje a Mallorca. Yo no quería ir porque aún no hacía un año que mi marido había fallecido y sentía una pena enorme. Mi hija trabaja como asistente social de la Once y en esa ocasión podía apuntar a una persona, así que me reservó un billete de avión y me obligó a ir.

Cuando llegué lo primero que sentí es que iba a ser un viaje triste… pero no podía estar mas equivocada. Fue el viaje más feliz de mi vida. El colectivo de la Once es gente maravillosa. Cómo bailan, cómo se divierten. Transmiten una alegría por vivir arrolladora.

Puedo afirmar que este fue el viaje más bonito que he hecho en mi vida.

P-Así que, ¿este fue el viaje que te hizo coger afición por viajar?

N-Así es. Antes no había podido viajar. Vivía dedicada a cuidar de mis doce hijos, mi marido, mi casa… y aunque tenía el gusanillo de los viajes, nunca pude desarrollar una afición como la que tengo ahora.

P-¿Recuerdas alguna anécdota que valga la pena ser contada?

N-Una vez, mi hija me comentó que había una señora ciega que tenía que ir a Madrid a una revisión del oftalmólogo pero no tenía acompañante. Así que me preguntó si yo quería ir con ella. A mí me entró la risa y la dije: «Mari Carmen, una ciega y una sorda por Madrid, un poco cómico, ¿no?«.

P-Ahora que hablas sobre tu minusvalía, ¿Cómo llevas el tema de tu sordera a la hora de viajar?

N-Me influye y hasta cierto punto me limita. Pero para contrarrestarlo, lo que hago es que me pongo en primera fila con la vista puesta en el guía para poder leerle los labios y si no entiendo algo, pregunto.

Si tuviera el oído seguramente disfrutaría mucho más. Pero también te digo que algunas veces me ha pasado que viajando con personas que oyen perfectamente, la que mejor se ha enterado he sido yo. Por eso, mi sordera no me resta ni ganas ni energía para viajar por el mundo…

P-¿Qué países has visitado hasta el momento?

N-Que recuerde, acabo de volver de Polonia, pero antes estuve en Holanda, Italia, Grecia, Tierra Santa, Francia, Portugal, etc.

P-Dices que acabas de volver de Polonia, ¿Qué has hecho allí?

N-He hecho una peregrinación siguiendo los pasos del Papa Juan Pablo II, que era polaco. Hemos hecho un viaje por los lugares en los que pasó parte de su vida. Ha sido muy emotivo.

P-¿Y ya sabes cuál es el próximo viaje que vas a hacer?

N-En marzo me voy a Huelva, a un municipio situado en la frontera con Portugal.

P-Sonríes mientras me lo cuentas, ¿eres feliz viajando?

N-Sí, para mí es la mejor medicina para vivir feliz. Si no hubiera conocido esta pasión estaría haciendo otras cosas, pero no sería lo mismo.

P-¿Qué le dirías a la gente de tu edad?

N-Que no se apoltronen, que no piensen que son mayores y que no se vistan de luto desde que cumplen 70 años hasta que se mueran.

Recuerdo que cuando me caí bajando de un autobús y me hice una buena brecha en la cabeza la gente me decía: «Después de ésto, ¿no volverás a subirte en un autobús, no?»

Menuda tontería, si al día siguiente ya podía volver a hacerlo. Que me haya caído una vez no quiere decir que lo vaya a hacer cada vez que me monte de nuevo. Es una cuestión de actitud.

P-Pero me darás la razón en que es muy difícil encontrar a gente como tú.

N-Y a mí que mi manera de ser me parece lo más natural del mundo. Todo depende de las ganas por vivir y aprender que uno tenga.

P-¿Qué has aprendido viajando?

N-Que se está mejor viajando que en casa. Aprendo mucho más. Cuando estoy en mi pueblo, Alcuescar, estoy bien pero se me queda pequeño. Siento que tengo una mente evolucionada.

Además, mientras viajo tengo la sensación de que soy útil a los demás. En la peregrinación a Lourdes, por ejemplo, atiendo a enfermos y eso me hace sentir llena.

P-¿Qué país del mundo te gustaría visitar?

N-Petra, en Jordania. He visto vídeos y me parece precioso. Es un viaje que tengo pendiente.

P-¿Hasta cuándo tienes pensado viajar?

N-Siempre, no tengo fecha. La gente me dice que dónde voy con 83 años, y yo les contesto que la edad no importa. Si me pasa algo ya habrá alguien a mi lado que me eche una mano, no creo que me dejen morir sola. Además, lo que me pase de viaje también me puede ocurrir estando en casa… así que, ¿por qué me voy a quedar en mi casa sentada y aburrida?

PD: ¿no te parece todo un ejemplo a seguir? Yo quiero ser como ella pero no con 80 años… ahora!

PD 2: Creo que conocer la historia de Nardy le puede hacer un gran favor a mucha gente. Si opinas lo mismo, ¿me ayudas a difundir esta entrevista? Muchas gracias 🙂


Hola! Soy Patricia, fácilmente me podrás encontrar de ruta por Noruega, haciendo fotos en Seúl o comiendo paella en Ibiza. He viajado a casi 50 países y tachado de la lista algunas aventuras épicas que siempre quise vivir.

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