Anafiótica, un barrio con aires isleños en Atenas

Una de las islas que configuran las Cícladas se llama Anafi. Tiene poco más de 40.370 m², 271 habitantes censados  y, como el resto de sus compañeras, está bañada por las cálidas aguas del Mar Egeo. Este resquicio de tierra es famoso entre los griegos por haber dado nombre a uno de los barrios más castizos y genuinos de Atenas: Anafiótica.

Está ubicado en los aledaños de la Acrópolis en su cara nordeste y conforma uno de los lugares de obligada visita para todo viajero. Las casas que dan forma a Anafiotika fueron edificadas a mediados del siglo XIX. Fue entonces cuando el rey Otón contrató a un grupo de albañiles procedentes de la isla de Anafi para la construcción de su palacio. Dichos albañiles decidieron realizar a los pies de la Acrópolis reproducciones exactas de las casas que tenían en la isla de la que eran oriundos. Es por ello que Anafiótica luce diferente a su entorno, desmarcándose del resto de barrios atenienses, incluso del de Plaka, situado a escasos metros.

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Anafiótica, reminiscencia de las Cícladas

Según todos los atenienses, caminar por los estrechos callejones de Anafiótica es lo más parecido a deambular por cualquiera de los municipios que anidan en las Cícladas: casitas de paredes blancas con detalles azulados, apiladas sobre pronunciadas pendientes, con plantas y familias de gatos para amenizar el paseo.

Podría considerarse como un panal de abejas, donde cada celdilla de cera fuera una casa, y las paredes de las celdas el entramado de callejuelas por el que deambulan los habitantes del lugar o, mejor dicho, por donde deambulan los turistas junto con algún que otro aldeano.

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