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Cuando rememoras momentos de tu último viaje y la melancolía te invade porque piensas que nunca volverás a vivir algo tan especial… no temas! Lo harás!

El último viaje, el último gran amor

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Cierro los ojos y te veo…

Todas las canciones que escucho me recuerdan a tí…

Todas las situaciones las relaciono con vivencias de aquél entonces…

Todas las sonrisas terminan siendo agridulces porque te añoro y no puedo volver a vivir ese momento…

Todos los sueños, canciones, situaciones y sonrisas, entre otras cosas, me llevan a pensar, casi obsesionarme con eso que acabo de vivir a «x» kilómetros de casa y no puedo o no quiero dejar escapar.

El último viaje es como un último gran amor, ese que nos cambia, nos muta, nos roba parte del corazón y pensamiento, nos hace evolucionar sin apenas notarlo… y nos lleva hasta donde estamos, siendo un poquito más sabios (o al menos espabilados).

Nos enamoramos de esa sensación. De estar en continuo movimiento. De vagar sin tener un destino con nombre propio o de tenerlo. De no tener una dirección marcada por coordenadas exactas de longitud y latitud o de tenerla. Caminamos hacia adelante, con o sin rumbo, donde nos guía el instinto, donde nos aconseja la gente que conocemos en ruta y ya no tanto por lo que dice la guía de la Lonely Planet.

Damos el salto y viajamos «with the flow«, dejándonos llevar… al principios le teníamos respeto a viajar así, improvisando, pero probamos y nos gusta! De hecho, nos gusta tanto que nos entristecemos al pensar que ninguno de los viajes que vendrán a continuación, de las experiencias vividas, de las personas conocidas… podrán si quiera igualar al que acaba de terminar…

No temas porque la experiencia dice que no es así. Como el amor, vuelve a nuestras vidas, siempre, y con más fuerza si cabe.

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Una vez has viajado libre, autónomo, con tiempo, y lo has hecho a tu forma, esa tan… tuya! No quieres volver a hacerlo de otra manera, o lo haces pero asumiendo los sacrificios que ello conlleva, porque sabes que los tiene.

Ayer, mientras leía este post hubo una frase que me dio qué pensar: «Viajar es la mejor manera de desaprender«. Es difícil encontrar una mejor definición para dicho término. Cuando viajas, tan sólo tu sistema inmunológico (y ni eso) está a salvo de contagiarse de lo que vaga en el ambiente.

Te vuelves permeable a otras personas, interactúas con ellas, permites que te enseñen. Dejas a un lado tu «yo», el deseo de reafirmarte y te expones a situaciones que te desafían para, de manera incluso egoísta, absorber aquello de lo que crees que andas falto. Intentas ser flexible, tolerante, comprender lo que te rodea. Lo haces sin prejuicios, con menos tabúes, menos recelo.

Ya no hay experiencias malas ni buenas, solo experiencias. Nada resta, todo suma y, en ocasiones, hasta multiplica. Tomas conciencia de lo pequeño que eres dentro del enorme engranaje que te rodea y te preguntas qué puedes hacer para mejorarlo. Dejas de ser «yo» para ser «7.000 millones+1».

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Reflexiones de madrugada mientras los caballos de mis pensamientos galopan por mi cabeza a rienda suelta…
… susurrándome al oído sobre mi último viaje, mi último gran amor.

PD: En breve sigo con mis impresiones sobre mi primer hogar en esta nueva aventura: Atenas!

PD 2: Si crees que este texto puede inspirar a alguien más, por favor, compártelo en Google+, Facebook o Twitter (o en las 3 a la vez 😉 ) Muchas gracias 🙂


Hola! Soy Patricia, fácilmente me podrás encontrar de ruta por Noruega, haciendo fotos en Seúl o comiendo paella en Ibiza. He viajado a casi 50 países y tachado de la lista algunas aventuras épicas que siempre quise vivir.

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4 Responses
  1. Lourdes

    Hola !!!!
    En breve comienzo un viaje de larga duración, sin fecha de vuelta. Voy a Asia. He visto que tu hiciste algo parecido hace unos meses y a juzgar por lo que escribes en este artículo, te fue y te va muy bien. Espero que me ocurra lo mismo…
    Es bueno encontrar historias viajeras como la tuya, te ayudan a continuar y seguir adelante con los sueños.
    Sigue así, a ver qué tal me va a mí!
    Lourdes

    1. Hola Lourdes!
      Si sueñas alto y luchas por hacerlo realidad, dejarás de soñar para vivir lo que sueñas. Es emocionante, ya verás 🙂
      Te deseo constancia y determinación ya que las necesitarás. La suerte tal vez no llegue pero se puede buscar! No te preocupes por ello.
      Un abrazo y buen viaje!

  2. Alicia

    Hermosísimas palabras Patricia! De acuerdo con todo al 100%
    Esos viajes que nos roban parte del corazón, pero que viven en otros!
    Saludos viajeros!

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