El Valle del Loira, «La Loire», como era llamado por el dramaturgo Molière, es el espejo cristalino y vivaz de la Francia cortesana del Renacimiento. Francisco I, uno de los mayores monarcas absolutistas de toda la historia, seguro que contemplaba el fluir del Río Loira y se dejaba seducir por una sucesión de paisajes agrestes, excepcionales para la caza y perfectos para la construcción de espectaculares castillos que armonizaban perfectamente con el entorno. Dichos castillos se erigen como los verdaderos protagonistas de un viaje que hace revivir las tramas cortesanas de las que un día fueron testigos y que traen a la memoria los episodios más agitados de la monarquía gala.
En el llamado Valle de los Reyes, por primera vez las mujeres comienzan a cobrar importancia y se convierten en damas de nueva sociedad. Tanto es así que las llamadas «favoritas» abandonan sus vidas casi monacales para empezar a dirigir el devenir de un país desde las alcobas reales. Sin ir más lejos, entre los años 1513 y 1875, el famosísimo Castillo de Chenonceau (arriba en la foto) perteneció a un total de seis mujeres. Dos de ellas fueron Diana de Poitiers y Catalina de Médicis, la amante y la esposa, respectivamente, de Enrique II.
Si descendemos unos 400 kilómetros hacia el sur nos encontramos con otra región de historia vertiginosa, el Périgord. En pocos kilómetros el viajero puede descubrir los paisajes más truculentos de los antepasados del país vecino. Habitada desde tiempos prehistóricos, esta zona fue testigo de algunas de las más sangrientas batallas de la Guerra de los Cien Años (1337-1453).
Actualmente es una tierra salpicada por preciosos pueblos medievales, fabricantes de productos de gran exquisitez gastronómica. El Río Dordoña es un fiel testigo de sus excelentes vinos espumosos, de los foie gras y magrets de pato y de sus exquisitas trufas negras, las mejores en cientos de kilómetros a la redonda.
Como acabo de comentar, este viaje por territorio francés consta de dos visitas a dos zonas muy diferentes entre sí que no tienen por qué verse al mismo tiempo: el Valle del Loira y el Périgord francés. Nosotras decidimos descubrirlas a la vez porque teníamos que realizar una parada obligatoria en Barcelona y desde ahí las distancias no son tan grandes como desde Madrid. En caso contrario, seguramente nos hubiéramos planteado seriamente ir en avión y alquilar un coche en el aeropuerto de destino.
Si nos centramos en el recorrido que realizamos, salimos desde Barcelona con rumbo a Carcassonne (ciudad de la cual hablaré próximamente en otro Diario de viaje), situada a unos 300 kilómetros de distancia, y terminamos la jornada en Rocamadour, etapa del Camino de Santiago francés. Esta localidad se encuentra muy próxima a la región del Périgord, de hecho, está incluida en casi todos los itinerarios recomendados para conocer dicha zona, pero está enclavada dentro del departamento de Lot, en la región de Midi-Pyrénées.
Al día siguiente visitamos la Sima de Padirac y por la tarde llegamos al Valle del Loira. Allí pasamos un total de cuatro días antes de volver a descender en dirección al Périgord. Hicimos noche en Limoges y al día siguiente llegamos a Sarlat la Canéda, primera ciudad que visitamos dentro del Valle del Río Dordoña. Durante ese día y la mitad del siguiente disfrutamos de esta zona repleta de encantos y placeres culinarios para, por la tarde, regresar a Barcelona con muy buen sabor de boca.
Si nos centramos en las dos zonas que visitamos, en primer lugar nos encontramos con el Valle del Loira, situado a tan sólo 120 kilómetros al sur de París. El valle recibe el nombre del río que lo atraviesa, el Río Loira, el más largo y grandioso de Francia, con un total de 1.012 kilómetros de longitud. De ellos, 280 km fueron declarados Patrimonio de la Humanidad dentro de la categoría de paisajes culturales vivos, entre el tramo que abarca las poblaciones de Sully-sur-Loire, situada a 40 kilómetros de Orleans (departamento del Loiret), y Chalonnes-sur-Loire, a 30 kilómetros de Angers (departamento de Anjou). Es en este tramo donde el viajero puede disfrutar de un excepcional entorno natural combinado con una majestuosa herencia arquitectónica, con cerca de 100 castillos visitables.
En segundo lugar está la región del Périgord francés, enclavada dentro del departamento de Dordoña-Périgord (Aquitania). Se encuentra a tan sólo 100 kilómetros de Burdeos y 200 kilómetros de Toulouse, y más allá de la frontera francesa, a 824 km de Madrid y a 578 km de Barcelona. En este caso es el Río Dordoña el que vertebra el valle a su paso por una comarca con un considerable patrimonio histórico y con unos paisajes muy variados y coloridos, de ahí que el Périgord se divida a su vez en cuatro zonas: el Périgord Verde, el Blanco, el Púrpura y el Negro. Como veréis a continuación, nuestro recorrido se enmarco dentro del Périgord negro, el más turístico de todos.
Al contrario de la mayoría de viajeros, que comienza el recorrido por el Valle del Loira en la ciudad de Orleans, por falta de tiempo nos tuvimos que conformar con empezar en el Castillo de Cheverny y, desde allí, descender siguiendo la estela del río en dirección a Nantes, al tiempo que visitamos multitud de castillos de encanto singular. Nuestro itinerario se detuvo en el Castillo de Ussé, pero no son pocos los viajeros que le dedican un par de días más a la zona y deciden despedirse de ella en las cercanas localidades de Saumur o Angers.
La distancia entre unos castillos y otros va desde los 10 a los 30 kilómetros, por lo que en un día se pueden llegar a visitar tres o dos y alguno de sus municipios cercanos, como Blois, Amboise o Tours. Las carreteras suelen ser estrechas, con poco arcén, y mucho tráfico. Además, es muy común que atraviesen municipios, por lo que la velocidad no suele superar los 50 kilómetros/hora, aunque en algunos tramos se puede conducir a 70 ó 90 km/h.
Respecto al Périgord, si las distancias entre los castillos del Loira son pequeñas, en esta zona podríamos llegar a afirmar que son ridículas. Unos 5 kilómetros separan unos pueblos de los otros, por lo que en un par de días se puede realizar el itinerario marcado sin problemas. Eso sí, hay que tener mucho cuidado en la carretera ya que la calzada suele ser bastante estrecha, con muchas curvas y el firme no siempre está en buenas condiciones.
Entre los lugares que yo considero de imprescindible visita dentro del Périgord, aparte de los pueblos que se pueden ver en el mapa, he incluido otros dos destinos situados a 50 kilómetros al este: Rocamadour y la Sima de Padirac. Estos dos lugares pueden ser la guinda perfecta a unas vacaciones por esta zona.
Cuando se prepara un viaje siempre es difícil elegir qué destinos ver y cuáles no, pero hay algunos de obligada visita como, por ejemplo:
VALLE DEL LOIRA:
– CASTILLO DE CHAMBORD: Este castillo, testimonio pétreo del poder del monarca absolutista Francisco I, se cree que fue diseñado por Leonardo da Vinci en 1519. Entre sus dependencias se encuentran un total de 440 habitaciones, 365 chimeneas, 84 escaleras y un parque de 4.500 hectáreas, que le convierten en el castillo de mayores dimensiones de todo el Valle del Loira. Algunas partes del parque pueden ser visitadas por el público en general pero otras están cerradas con el fin preservar la fauna original de la zona. Como curiosidad decir que en Chambord se encuentra el parque amurallado más grande de toda Europa, rodeado por un muro de 32 kilómetros de longitud.
– CASTILLO DE CHENONCEAU: Conocido como el «Castillo de las Seis Damas», ya que fueron seis las mujeres ilustres que formaron parte estelar de su historia, es, junto al de Chambord, el castillo más visitado del Loira. Su exquisita galería sobre el Río Cher ofrece una de las panorámicas más bellas y famosas de todo el valle. Un paseo en barca y por sus cuidados jardines son dos de las actividades que se pueden realizar para descubrir todos los encantos de esta joya de la historia francesa.
– CASTILLO DE VILLANDRY: Este paraíso para todos los aficionados a la horticultura y jardinería es sin duda una de las sorpresas más agradables del viaje. El castillo, que posee unos cuidados interiores restaurados a principios del siglo XX, queda eclipsado por sus espectaculares jardines, los cuales reproducen el modelo propio del renacimiento: formas geométricas creadas con setos de boj y diversos tipos de flores, hortalizas y árboles frutales. Un español, el Doctor Joaquín Carvallo, compró el castillo en 1906 y lo salvó de la demolición. Actualmente, sus descendientes son los dueños de la propiedad.
PÉRIGORD FRANCÉS:
– LA ROQUE-GAGEAC: Este pueblo constituido por numerosas casas repartidas a lo largo de una larga calle que discurre en paralelo con el Dordoña, es uno de los enclaves importantes de la región. En el siglo XIV estaba rodeado por una muralla que salvaguardaba la residencia del obispo de Sarlat. En la actualidad se pueden visitar restos trogloditas que atestiguan la presencia de asentamientos humanos durante la Prehistoria o dar un paseo en gabarra para conocer otros pueblos de la zona desde el río.
– DOMME: La llamada «Acrópolis del Périgord» es otro de los pueblos que vale la pena visitar. Situado sobre un bello bastión natural, Domme es un claro ejemplo de aldea bien conservada, con calles empedradas flanqueadas por fachadas de piedra uniformes. Lo más espectacular son las sobrecogedoras vistas que ofrece, a modo de balcón natural, del Valle de la Dordoña. Sencillamente impresionantes.
– CASTELNAUD-LA-CHAPELLE: Esta localidad, enclavada sobre una empinada colina, es uno de los puntos más interesantes de cualquier ruta por la zona. Su castillo del siglo XIII alberga en su interior un interesante Museo de la Guerra en la Edad Media muy divertido para ir con niños pequeños. Desde la fortaleza se divisa el cercano castillo de Beynac, a unos 5 kilómetros al norte.
– BEYNAC ET CAZENAC: Es una de las localidades con más encanto del Périgord. Su castillo, construido sobre un imponente acantilado de casi 200 m de altura sobre el Río Dordoña, fue tomado en el año 1214 por Simon Montfort, encargado de aniquilar a los últimos cátaros. Hoy, tras la restauración sufrida en la década de los setenta, ha abierto de nuevo sus puertas al gran público. Las vistas del río desde el propio castillo y desde las callejuelas por las que se asciende para llegar hasta él son una toda una delicia.
– ROCAMADOUR: Este enclave destacado por ser una etapa del Camino de Santiago francés, posee un interesante conjunto medieval construido sobre un acantilado. Dicho conjunto está compuesto por un castillo, la Basílica de San Sauveur, varias capillas y un Santuario al que acuden miles de peregrinos anualmente de camino a la ciudad compostelana. Por la noche, las vistas del conjunto iluminado son especialmente bonitas.
– SIMA DE PADIRAC: Como adelanta su folleto informativo, Padirac es «Un espectáculo que le dejará sin respiración» y así es. El recorrido comienza descendiendo 103 metros por una cavidad que se formó tras un derrumbamiento. Después de un breve paseo, los visitante se suben a unas barcas que les llevarán hasta el principio de la ruta a pié durante el cual se pueden contemplar gigantescas estalactitas y numerosas salas de dimensiones colosales.
Dentro de este apartado se encuentran lugares que bien podrían incluirse dentro de la lista de imprescindibles pero que, por cuestión de tiempo, no siempre es posible dedicarles unas horas.
VALLE DEL LOIRA:
– CASTILLO DE CHEVERNY: Este preciosos edificio del siglo XVII es el que conserva las mejores estancias interiores, con todo su mobiliario intacto, ya que siempre ha estado habitado. Sin embargo, su fama le sobrevino por servir de modelo al dibujante belga Hergé, creador de Las aventuras de Tintín, para su castillo de Molinsart. Además de sus interiores y de Tintín, Cheverny cuenta con una famosa perrera con más de cien perros franceses tricoles para la caza de montería.
– CASTILLO DE CHAUMONT-SUR-LOIRE: A medio camino entre Blois y Amboise se encuentra este castillo con aspecto de fortaleza. Aunque sus interiores son algo pobres, sobre todo en las plantas superiores, su privilegiado emplazamiento sobre un parque paisajista, las caballerizas (las más lujosas jamás construidas) y el Festival Internacional del Jardín, son algunos de sus atractivos.
– BLOIS: Esta localidad medieval se alza a orillas del Loira, al igual que su castillo, el cual fue residencia real durante el siglo XV y es considerado como el segundo monumento histórico más importante de Francia, después de Versalles. Las distintas etapas constructivas por las que pasó el edificio se aprecian en su patio cuadrado, con cuatro alas, cada una de las cuales responde un estilo arquitectónico distinto.
PÉRIGORD FRANCÉS:
– SARLAT LA CANÉDA: Esta población medieval situada en el Périgord Negro, que comenzó a crecer en torno a una abadía benedictina, es famosa por su mercado y sus innumerables tiendas en las que poder comprar artesanía y productos típicos de la zona como son: la trufa negra, el foie gras, los vinos, las nueces, el queso y diferentes tipos de dulces.
En esta guía de viaje he decidido introducir esta nueva sección dedicada a todos aquellos destinos que sí deben recorrerse si se hace una visita detenida de la zona.
VALLE DEL LOIRA:
– AMBOISE Y CLOS-LUCÉ: El municipio de Amboise se encuentra entre los más visitados del valle por su castillo, el cual contiene la capilla gótica de San Humberto, donde fue enterrado Leonardo da Vinci. A uno o dos kilómetros de distancia está Clos-Lucé, residencia en la que vivió el brillante artista durante sus últimos años de vida al servicio de Francisco I. En esta mansión se pueden visitar algunas de las estancias en las que residió Leonardo y un completo museo interactivo dedicado a su faceta de inventor.
– CASTILLO DE AZAY-LE-RIDEAU: Construido sobre una isla en las aguas del Río Indre se encuentra este original castillo de estilo Renacentista. El reflejo de su fachada sobre el río es, sin duda, una de las estampas más fotografiadas del Valle del Loira. Un rico financiero llamado Gilles Berthelo lo mandó construir en 1516, pero pocos años después fue confiscado por Francisco I. Desde que fue adquirido por el Estado, en el año 1905, está clasificado como Monumento Histórico.
– TOURS: Con una población de 282.000 habitantes, esta ciudad es la principal del Valle del Loira, seguida de Orleáns y Angers. Además, está situada a sólo una hora de París en tren de alta velocidad (TGV), por lo que puede ser un estupendo campo base para visitar la zona o acceder a ella. Entre sus encantos, cabe destacar la impresionante Catedral de Saint Gatien y su pintoresco barrio antiguo, con la plaza Plumereau y sus casas de madera. Otra manera de disfrutar de la ciudad es degustando alguno de sus postres típicos como el Turrón o los Rillettes de Tours.
Por primera vez en la historia del blog me atrevo a no recomendar un lugar de los que he visitado, por ello considero que este es el apartado idóneo para recordar que esta Guía de viaje es personal, ya que muestra mis impresiones finales sobre los sitios visitados, que no tienen por qué coincidir con las de otras personas.
– CASTILLO DE USSÉ: Este fue el último de los castillos que vimos durante nuestro recorrido por el Valle del Loira. A pesar de la magnífica referencia con la que cuenta, ya que Perrault se inspiró en él para escribir La bella durmiente del bosque, el castillo de Ussé supuso uno de los pocos fraudes del viaje. A la llegada, su aspecto exterior deslumbra por su belleza, dimensiones y ubicación. Pero todo empieza a torcerse desde el momento en el que se compra el ticket de entrada por el «módico» precio de 13 euros/persona. El folleto de bienvenida en un folio de papel impreso en blanco y negro, sin fotografía alguna. Las estancias interiores son pobres e intentan sustituir su falta de gusto y opulencia, en comparación con otros castillos, con varios maniquíes que representan algunos pasajes del cuento de Disney. Mi recomendación es acercarse hasta el exterior de castillo y tomar desde esa situación todas las fotos que se quieran ya que lo mejor del castillo, el exterior, se puede ver desde la zona de aparcamiento.
Aunque he vuelto con la sensación de haber visto lo más importante de ambas zonas, siempre se puede hacer una visita más concienzuda e inspeccionar nuevos rincones con encanto. Desde luego, para todas aquellas personas amantes de los castillos y palacios, el Valle del Loira es una región en la que podrán pasarse un mes entero de vacaciones y aún tendrán sitios interesantes que visitar. Los encantos del Périgord son otros pero no por ello menores. Gastronomía de primera y pueblos medievales enclavados sobre acantilados rocosos son algunos de los alicientes.
VALLE DEL LOIRA:
– ORLEANS: La considerada como puerta de entrada al Valle del Loira es una bonita ciudad conocida por la historia de su liberación por Juana de Arco en 1429, la cual se revive cada 7 y 8 de mayo en forma de fiesta. Lo más representativo es su Catedral y el barrio antiguo, donde se encuentra la casa de la heroína guerrera.
– JARDINES DE ROQUELIN: En la población de Meung-Sur-loire, cerca de Orleans, está situado este precioso jardín de rosales. Esta cuidada granja privada ha abierto las puertas de su jardín, de algo más de una 10 000 metros², a todos aquellos aficionados a la jardinería que, a buen seguro, disfrutarán como niños en su coqueta tienda.
– LOCHES: Esta pequeña ciudad medieval posee la Torre del homenaje más alta y antigua de toda Europa, construida durante la Edad Media por Foulques III Nerra. También tiene un castillo situado en el extremo norte de la muralla que todavía recorre el casco histórico, el cual engloba la antigua ciudad medieval. Esta residencia real fue una de las preferidas de la dinastía Valois, que disfrutaron de ella al igual que también lo hicieron tres damas importantes de la historia francesa: Juana de Arco, Agnés Sorel, favorita de Carlos VII, y Ana de Bretaña.
– ABADÍA DE FONTEVRAUD: Debido a sus grandes proporciones, esta abadía se encuentra entre los mayores recintos monásticos de toda Europa. En su interior se encuentran los sepulcros de los miembros de la dinastía Plantagenet: Enrique II, Leonor de Aquitania, Ricardo Corazón de León e Isabel de Angulema. Como curiosidad añadir que en 1804 Napoleón la transformó en prisión, salvándola de la destrucción que la amenazaba y convirtiéndola en una temida central penitenciaria.
– SAUMUR: Esta ciudad situada en la orilla sur del Loira posee una gran tradición vitivinícola gracias a su producción de vinos espumosos. Además, tiene un castillo con aspecto de fortaleza edificado a partir de finales del siglo XI. A lo largo de su historia, el castillo ha sido fortaleza, residencia de descanso, palacio de los gobernadores de la villa, cárcel y depósito de armas y municiones. Actualmente alberga el museo municipal. Saumur también es famosa por su escuela de equitación, la más importante de toda Francia.
– ANGERS: Capital de Anjou, es una bonita ciudad clasificada como patrimonio de la Unesco. Está coronada por una fortaleza en cuyo interior se puede encontrar una obra única en el mundo: el tapiz del Apocalipsis. Hecho sobre un manuscrito del siglo I de nuestra era acerca de las visiones de San Juan (último texto del nuevo testamento), la tapicería ilustra el contexto histórico, social y político de la Francia del siglo XIV; sumergida en la guerra de los Cien Años, las epidemias y la hambruna.
– Y UN SIN FIN DE CASTILLOS entre los que podemos destacar los siguientes: Chamerolles, Sully, La Ferté-Saint-Aubin, Beauregard, Valençay, Langeais, Chinon Brissac y Le-Plessis-Bourré.
PÉRIGORD FRANCÉS:
– CUEVAS DE LASCAUX: A tan sólo 20 km de Sarlat se encuentran estas cuevas que constituyen uno de los más asombrosos testimonios del paleolítico en todo el mundo. A lo largo de los 200 m de profundidad de la cavidad prehistórica se pueden ver salas circulares y galerías recubiertas por pinturas rupestres de altísima calidad. Aunque las originales estén cerradas al público por motivos de conservación, desde 1983 puede visitarse Lascaux II. Una réplica exacta situada en la misma colina que la cueva original.
– BERGÉRAC: Esta villa conocida por todos gracias al poeta y dramaturgo francés Cyrano de Bergerac, es un importante centro vinícola rodeado de viñedos que producen vino con denominación de origen. Su centro histórico guarda intacto su aire medieval, como ocurre en las calles de Saint-James o des Fontaines, las cuales exhiben numerosas fachadas con entramados de madera.
– PÉRIGUEUX: Nacida de la unión de dos ciudades separadas por el Río Isle, la capital de la comarca del Périgord alberga, entre otros lugares de interés, el museo de la región, una catedral con cúpulas bizantinas al estilo de la Sacré-Coeur parisiense, un casco medieval muy cuidado y un buen puñado de edificios renacentistas.
El transporte siempre es un tema de vital interés cuando hacemos un viaje que implica desplazarse entre diferentes municipios o lugares. En nuestro caso, dado que teníamos que hacer una parada obligatoria en Barcelona, y que queríamos visitar varias regiones del país galo, decidimos llevar a cabo el recorrido con nuestro propio coche. Sin embargo, si sólo se quiere visitar el Valle del Loira o el Périgord francés, seguramente sea más conveniente viajar en avión hasta el aeropuerto más cercano y desde allí moverse por la zona en coche de alquiler.
Si se quiere visitar el Valle del Loira, una buena opción es volar a París, aprovechar para pasar un par de días en la maravillosa ciudad del amor, y más tarde recorrer en coche de alquiler los 130 kilómetros que distan entre la capital francesa y Orleans, el punto de comienzo tradicional de la ruta a lo largo del Río Loira.
Una alternativa al turismo rodado es visitar el valle a lomos de una bici. Los 600 kilómetros de carril bici que recorren el Loira y sus afluentes, sorteando castillos y municipios con encanto, la erigen como una grandísima opción para los más deportistas o los que buscan un turismo algo más alternativo. En cualquier oficina turística se puede solicitar el folleto «Les châteaux à velo«, en él se puede encontrar un mapa con un total de 13 rutas enmarcadas dentro de la zona de Blois, Chambord y sus dominios.
Si, por el contrario, lo que se pretende es visitar el Périgord, tal vez sí sea una buena opción llegar hasta esta región en coche propio si se vive cerca de la frontera con Francia. En caso contrario, el aeropuerto de Toulouse, el más grande de la zona y al que vuelan algunas compañías aéreas de bajo coste, se encuentra a menos de 200 kilómetros de distancia. Una vez en el Périgord, el uso de vehículo particular se antoja prácticamente imprescindible. Aunque las distancias entre municipios son muy pequeñas (de 5 a 10 km), debido a la complejidad del terreno sólo existen dos vías ciclables, de cierta dificultad, que unen las localidades de Cazoulès y Sarlat, por un lado, y Castelnaud y Pont Carral por otro. Por tanto, la mayor parte de los municipios interesantes como Domme o la Roque-Gageac carecen de carril bici.
Gracias a internet, hoy en día resulta muy fácil encontrar alojamientos a buen precio y bien situados, que colmen todas nuestras expectativas. Más aún si hablamos de un país como Francia, el cual posee una grandísima oferta hotelera. A continuación os paso la relación de alojamientos en los que paramos una o dos noches a lo largo de nuestro viaje por tierras galas. En todos los casos (excepto en Amboise y Le Bourg), reservamos una habitación triple, sin desayuno, por la que pagamos entre 50 y 75 euros.
LE BOURG – LE PETIT DRAGON ROUGE (En la plaza del pueblo, Le Bourg, Miers, 46500)
Este Bed&Breakfast regentado por Carol y Peter, un matrimonio de lo más amable, fue nuestro primer alojamiento del viaje. Las habitaciones eran muy correctas y estaban bastante limpias. Todo hacía presagiar que allí pasaríamos una agradable noche de descanso. Sin embargo, unas paredes de papel y unos ruidosos vecinos nos despertaron de madrugada y nos aligeraron el sueño. Por lo demás, el baño está dotado con una ducha de hidromasaje y el desayuno (incluido en el precio) es muy completo y sabroso. El entorno donde está situado el hotel es fantástico, a tan sólo 4 km de distancia de Padirac y a 10 km de Rocamadour.
BLOIS – HOTEL DE FRANCE ET DE GUISE (3, Rue Gallois, Blois, 41000)
Este hotel situado en pleno centro de Blois, es una buena alternativa para todo aquel que quiera alojarse en un lugar desde el que poder ir andando a todos los monumentos relevantes, a un precio aceptable. Nuestra habitación, con hermosas vistas al Palacio, era sencilla y algo antigua, pero con todo lo necesario para que nuestra estancia fuera agradable. El desayuno no estaba incluido en el precio, al igual que el parking, pero no tuvimos problemas para aparcar el coche en una calle cercana al hotel.
AMBOISE – MÉTEOR VAL DE LOIRE RESORT (115, Ruta de Civray de Touraine, Amboise, 37400)
Sin duda, la mejor elección del viaje. Esta residencia vacacional situada a las afueras de Amboise y a tan sólo 6 km del Castillo de Chenonceau puede actuar como un perfecto campamento base para conocer la zona debido a su situación.
Existen diferentes tipos de alojamiento. Nosotras estuvimos en un Apartamento Dúplex de 84 m2, con capacidad para seis personas y fue un auténtico lujo. Sus confortables interiores, su cuidada y moderna decoración y el hecho de contar con un baño y dos aseos nos hicieron sentirnos como en casa a más de mil kilómetros de distancia. Los apartamentos están dotados con una cocina americana y una zona para comer, pensado para poder desayunar y cenar allí, con el ahorro que eso supone. El único inconveniente es que el coche hay que dejarlo aparcado a la entrada del recinto y la caminata hasta la casa puede hacerse larga y pesada, más aún si se hace cargado con maletas.
LIMOGES – HOTEL BALLADINS (6, Rue du Petit Theil, Limoges, 87280)
Alojarse en este hotel situado a las afueras de Limoges supuso una agradable sorpresa. Nuestra habitación triple tenía dos estancias, una dotada con una cama doble y otra con una individual. Todas las instalaciones eran bastante nuevas y estaban muy limpias. Además, la insonorización era excelente ya que no escuchamos ruido alguno durante la noche. Buen descanso a un precio sumamente económico. A partir de ahora seguro que en próximos viajes a Francia me alojo en algunos de los hoteles de esta cadena.
COUX ET BIGAROQUE – PÉRIGORD – HOTEL LE CHAMBELLAN (Plaza de la Iglesia, Coux et Bigaroque, 24220)
El Hotel Le Chambellan es un lugar tranquilo y apacible donde poder descansar sin grandes lujos a un precio económico. Todas las habitaciones dan a un bonito patio central donde reina la paz y el sosiego. El hotel también ofrece servicio de desayuno y cena, pero a precios algo elevados. El punto negativo es su situación, a unos 23 kilómetros de Castelneud, lo cual es una distancia considerable si se tiene en cuenta las carreteras por las que hay que circular.
Con el deseo de que esta Guía de viaje aporte un poco de luz en la creación de algún recorrido por alguna de las dos maravillosas zonas descritas, me despido por el momento. Ya sabéis que para cualquier duda o consulta, sólo tenéis que dejar un mensaje aquí debajo o escribirme un mail a través de la sección de contacto. Estaré encantada de responderos.
Au revoir!!
Patricia
Hola! Soy Patricia, fácilmente me podrás encontrar de ruta por Noruega, haciendo fotos en Seúl o comiendo paella en Ibiza. He viajado a casi 50 países y tachado de la lista algunas aventuras épicas que siempre quise vivir.
¡¡¡Gracias por compartir la información!!! Tus orientaciones nos sirven de mucho.
Te animo a que sigas con más destinos, a ser posible, adsequibles…
Saludos cordiales,
Lola G.
Hola Lola!!!
Muchas gracias por tu comentario. Ahora que acabo de volver estoy organizando toda la información para empezar a escribir sobre los países que he visitado… pero todavía tengo en el tintero muchos destinos europeos que supongo que serás a los que te refieres 😉
Te animo a que algún día te pongas el mundo por montera y te lances a la aventura asiática, seguro que no te defraudará!!
Yo estaré por aquí para ayudarte en lo que necesites!! Saludosss
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Me ha gustado mucho tu guia, me ha servido para recordar mis vacaciones el año pasado por el LOIRA, me gusto mucho este viaje.
Saludos.
Muchas gracias, Sole te sol 🙂 …y bienvenida a Escribe cuando llegues!
La verdad es que coincido contigo. Ha sido un viaje fantástico en el que poder disfrutar de castillos de cuento y revivir parte de la historia de la Francia cortesana.
Espero publicar en breve los relatos de cada una de las etapas!
A ver si tengo tiempo!
Saludos viajeros
Te añado a mi blogroll. Estamos en contacto.
Bueno, bueno, casi nos cruzamos en el Périgord. Yo en mi blog de viajes estoy haciendo una serie de entradas temáticas de esa región.
Saludos viajeros
Bienvenido al blog, Paco!
Acabo de entrar en el tuyo y se lo recomiendo a todo aquel que quiera profundizar más en esta zona!! Me ha gustado especialmente el artículo sobre la gastronomía. Me quedé con las ganas de probar la trufa negra. ¡Tendré que volver el enero!
Espero «verte» más veces por Escribe cuando llegues…
Un saludo
Alucinante el viaje por el Loira. Sin duda me lo apunto para una futura escapada. Además, ya no necesito comprarme una guía 🙂
Val!! Si el Valle del Loira te ha gustado, debes hacer una parada de al menos dos días en el Perigord y verás que es el complemento perfecto!! Dos destinos fantásticos para pasar unas vacaciones cerquita de España a precio aceptable 🙂
Besotes
Estoy deseando leer los diarios de viaje. Me ha encantado tu guía.
Me alegro que así sea, N.a.! Seguro que tú también nos puedes dar buenos consejos porque también has visitado esta zona, no es así?
Un abrazo