Cada vez que leo un artículo sobre Cosas que hacer antes de los «X» años me pongo de mal humor. Más aún cuando es un listado a cumplimentar antes de los 30 y pienso: «Mierda, tengo 32 y no he hecho ni una quinta parte de lo que viene en la lista… ¿Qué hago?«.
Por mi parte solo veo dos soluciones, una de ellas implica suicidarme para después reencarnarme y, sinceramente, no estoy por la labor… mientras que la otra es menos radical y más lógica: hacer caso omiso de lo que dice el listado de turno, al menos en parte.
Y, ¿por qué digo en parte? porque lo que sí es cierto es que estas listas suelen sugerir actividades atractivas que llevar a cabo. Sin embargo, ¿por qué poner un límite temporal? ¿por qué hay cosas más «apropiadas» para ser vividas antes de los 18, 20, 30 ó 40 años?
Si recurrimos a estudios realizados por expertos en psicología sobre el desarrollo del ciclo vital, todos coinciden en dividirlo en diferentes etapas, de acuerdo a los cambios tanto físicos como psicológicos que experimenta el ser humano. Por tanto, sí que existirían etapas vitales.
Según Papalia, psicóloga especialista en el desarrollo cognitivo, existen al menos ocho periodos del ciclo vital en el transcurso de la vida humana:
¿En qué se basa para llevar a cabo esta división?
Por un lado tiene en cuenta dos tipos de cambio que intervienen en el estudio del desarrollo:
Y los dominios entrelazados del desarrollo:
Para mí lo siguen siendo, ¿por qué?
Según lo expuesto anteriormente, evidentemente todos los individuos experimentamos cambios y sufrimos un desarrollo a lo largo de nuestra vida, pero no todos lo hacemos de la misma forma. Volviendo a los estudios, existen diferencias individuales entre cada persona. Estas corresponden a características tales como: el sexo, la estatura y el peso; influencias en las que intervienen: la salud, la inteligencia y la personalidad y, por supuesto, el contexto y el estilo de vida.
La herencia, el ambiente y la maduración se sitúan como las principales influencias, mientras que existen otras de caracter contextual que también nos determinan (la familia, la posición socioeconómica y el vecindario, la cultura y raza/origen étnico, y el contexto histórico).
La guinda del pastel la ponen otras dos influencias que toman partido dentro del proceso del desarrollo:
He adjuntado esta foto porque, bajo mi punto de vista, el espíritu emprendedor está muy próximo al espíritu viajero. Por fortuna, ninguna de estas personas pensó que «se les había pasado el arroz» cuando decidieron emprender sus respectivos negocios con más de 40, 50 y 60 años.
El viajero es considerado en numerosas ocasiones de irresponsable por «vagar» por el mundo en lugar de tener una residencia fija, un trabajo de los considerados «serios» y un núcleo familiar ya establecido. Ese que se empeña en vivir viajando muchas veces es tildado de inmaduro, de andar perdido e, incluso, de ser vago.
Ante la pregunta: «¿de qué huyes?«,- mi respuesta es: «De tí y tus pensamientos juiciosos«.
En realidad viajar no es una huida… nada más lejos de la realidad. Es un encuentro.
Como hemos visto, los estudios normalizan cada comportamiento individualizado.
Es hora de dejar atrás la creencia popular del viajero trasnochado.
Es cierto que existen etapas vitales en las que es probable que la persona vaya evolucionando en el «sentido» predecible o «esperado»… pero también hay cambios, desarrollos e influencias, como hemos visto, que constituyen y contribuyen a crear el individuo único en el que nos convertimos y a elegir el rumbo que consideremos oportuno para nuestra vida.
«…Viajar solo o sola al extranjero, practicar un deporte extremo, un paseo en globo aerostático o correr un maratón por una buena causa» son alguna de las cosas que, al parecer, solo podremos hacer antes de cumplir las 30 primaveras.
¡Ni caso! Utiliza esta lista como una fuente de motivación e inspiración para hacer cosas que supuestamente no son propias de tu edad. Nunca es tarde para dar una lección de vitalidad, ¿no crees?
De lo contrario, que se lo digan a Nardy, 83 años y de viajera por el mundo. ¿Hacemos una lista a su medida?
Por no hablar del japonés que con 80 años completó la ascensión al Everest o de la «abuelita» que baila con la agilidad y flexibilidad de una quinceañera.
https://www.youtube.com/watch?v=95xPErgGyZs
Por suerte para disfrutar de la vida NO hay edad. Haz lo que quieras sin importar cuantos años tengas, porque nunca es tarde para ser feliz…
Ufff, hoy me levanté un poco reivindicativa… gracias por llegar hasta aquí! 🙂
Hola! Soy Patricia, fácilmente me podrás encontrar de ruta por Noruega, haciendo fotos en Seúl o comiendo paella en Ibiza. He viajado a casi 50 países y tachado de la lista algunas aventuras épicas que siempre quise vivir.