El camino de la vida parece inmaculadamente recto. Sin embargo, cuando empiezas a caminar por él te das cuenta que está plagado de curvas, algunas de ellas con cierto peralte. A pesar de todo, sigues caminando. Pasito a pasito trazas un nuevo viraje a izquierdas, más tarde a derechas… luego viene una bajada con un pequeño respiro y, de repente, sin previo aviso, una pendiente propia de la ciudad de San Francisco.
Lo primero que viene a la cabeza es: «¡Hoy no puedo! Me acuesto pronto y tomo fuerzas para mañana«. Pero al día siguiente vuelve a pasar lo mismo…
Le damos prioridad a nuestras excusas por encima de nuestros sueños
Tu vida está detenida. No va hacia atrás pero tampoco hacia adelante. Tu conciencia lleva mandándote mensajes que se amontonan a modo de cartas sin abrir en el buzón.
«¿Qué hago? ¿Sigo subsistiendo o comienzo a vivir?»
Sabes que toca apostar por lo desconocido, experimentar, jugar con el futuro… pero da vértigo!
Sin pensarlo una vez más (ya lo hiciste demasiadas veces), te pones las zapatillas y franqueas el marco de la puerta mirando atrás de reojo, ya que no estás del todo seguro de poder llegar hasta lo alto de la cuesta sin tener que volver a casa antes de lo previsto.
Minutos más tarde, horas, tal vez semanas, meses o incluso años… logras ver el final en el horizonte. El camino hasta lo alto de tu particular cuesta fue, es y seguirá siendo duro. Nadie dijo que alcanzar objetivos fuera a ser fácil.
En esta etapa del trayecto, que vas coloreando con la escala de colores que te permites usar, te das cuenta que, después de todo, las dificultades que te encuentras, más allá de ser un impedimento para continuar, comienzan a ser un estímulo, un desafío. Tu perspectiva y actitud para afrontar lo que está por llegar está cambiando o, quizá, lo estés haciendo tú.
Sientes una evolución en tí
Y sin darte cuenta, primero un pie y luego el otro colocan tu cuerpo justo en el punto desde el cual tus ojos obtienen una perspectiva de 360 grados de lo que te rodea. ¡Exacto! Lo has conseguido. Te has plantado en lo alto de tu montaña y las vistas son privilegiadas.
Miras atrás y ves el sendero ondulado por el que has caminado haciendo los recuerdos. Y sonríes, a pesar del esfuerzo.
¡Enhorabuena!
Ayer decidí subirme a lo alto de mi montañita, una fácil y cercana, y ver el camino trazado últimamente. Muchas oscilaciones, quizá demasiadas. ¿Quizá deba corregir el rumbo? quizá…
El futuro tiene un halo de incertidumbre que no posee el pasado. Aquel por el cual hacer un recorrido mental y fotográfico carece de misterio. Pero es tan necesario. Es nuestro «background», telón de fondo. Además, nos permite recordar momentos, personas, olores, conversaciones… ¡nuestra vida con cierta nostalgia!
Ayer una amiga me recomendaba el libro: Hoy tengo ganas de tí, del escritor italiano Federico Moccia.
¿De tí?, ¿de qué o quién tienes ganas?
Piénsalo, dale respuesta a la pregunta.
Yo lo hice y me sorprendió. Una sola palabra vino a mi cabeza: Taiwán.
Acto seguido, abrí mi cuenta de Flickr. Mis dedos se deslizaron con velocidad por el teclado hasta que conseguí que se desplegaran ante mí cientos de fotos que tomé durante mi periplo asiático por dicho país.
Miles de momentos se amontonaron en mi bandeja de entrada, bajo el asunto: «Made in Taiwan».
Taiwán es, sin duda, un destino que suscita curiosidad. No conozco a muchos viajeros que tengan este sello en sus pasaportes, por lo que cuando hablo sobre mis viajes y digo que he estado en este país, las preguntas se suceden…
Hoy quiero compartir contigo un pedacito de mi, de mis recuerdos y, de paso, darte a conocer el país verde, perenne como pocos, desde una perspectivo muy personal. Comparto mi álbum de fotos, que va más allá de imágenes «bonitas». Son fotos de mis recuerdos, de momentos bien vividos.
Ahí van…
Ahora, elige el álbum de viaje que quieras recordar, es tú turno… 🙂
Hola! Soy Patricia, fácilmente me podrás encontrar de ruta por Noruega, haciendo fotos en Seúl o comiendo paella en Ibiza. He viajado a casi 50 países y tachado de la lista algunas aventuras épicas que siempre quise vivir.