Aunque en ocasiones nos empeñemos en pensar que estamos solos en el mundo, no es cierto. Siempre existen personas a nuestro alrededor que son testigos de nuestros pasos y que nos ayudan a ir trazando día a día nuestro camino hacia una u otra dirección.

Una de las que se ha ganado a pulso el papel de protagonista en mi vida durante los últimos meses es mi compañero de viaje, Flipi. Hasta ahora no le había mencionado en ninguno de los post que he escrito desde que salimos de casa y creo que ya va siendo hora.

Encontrar a una persona como tú, con tu mismo carácter y con la que poder compartir buena parte de tus aficiones es fantástico. Siempre hay planes interesantes que hacer, proyectos profesionales con los que soñar (por ahora), conversaciones interminables sobre las que filosofar acerca de cualquier cosa… pero también puede ser «peligroso». Me explico.

San Martín de Valdeiglesias a 5 de octubre de 2012:
«Familia, que me voy de viaje sin fecha de vuelta»

Seguramente si tuviera que haber viajado sola desde un principio no lo hubiera hecho, o sí… no estoy del todo segura. Lo que sí sé es que él me dio el empujón definitivo para echarme la mochila al hombro y comenzar a andar juntos. Gracias por ello.

Si tuviera que definirlo en tres palabras serían: viajero, vital y amable a nivel superlativo. Tanto es así que al momento conquista los corazones de las personas que vamos conociendo por el camino… déjame «algo», ¿no?

Aventurero vocacional, con tan solo 24 primaveras a sus espaldas ha recorrido muchos más países de los que la mayoría de mortales logran ver en toda su vida. ¿Cómo es posible que ya hayas estado cuatro veces en Japón? Sin duda, querer es poder y tu lo deseaste con fuerza.

Desde mi blog, este espacio íntimo en el que acostumbro a compartir mis pensamientos, vivencias y de vez en cuando dar algún que otro consejo a otros viajeros… te deseo toda la felicidad del mundo en este día tan especial.

Por perder dos veces el mismo tren, por los momentos karaoke, por comer opias a todas horas, por colarnos en el jacuzzi del hotel 5*, por cantar a Chayanne, por nuestros desayunos contundentes en el 7/11, por el peanut butter, por los cortes de pelo, por los MDP, por cómo comes los melocotones, por nuestro paso de baile, por ser «spanki», por nuestro «give me five», por tus tapones nasales para dormir, por hablar de nuestros respectivos «hijos» con orgullo, por nuestros ejercicios de sinceridad, por las competiciones fotográficas, por las clases de idiomas, por «El curioso caso de Benjamin Button», por todos los Mc Donalds conocidos y por conocer, por regalarme tu sonrisa con frecuencia y por ser mi siamés: ¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!