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Hoy se cumplen 4 años que comencé a escribir en este blog. Para celebrarlo, quiero compartir contigo 12 de las lecciones que he aprendido desde entonces

12 Lecciones que he aprendido viajando durante los últimos cuatro años

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Teatro de Epidauro (Grecia)

Hoy hace cuatro años que escribí las primeras línea de Escribe cuando llegues. Parece que fuera ayer cuando comenzaba a teclear sobre mis viajes. Ahora miro atrás con cierta añoranza ya que muchas cosas han sucedido desde entonces. Entre ellas, tomar la decisión de viajar y llevarla a cabo con determinación hasta convertir la acción de dicho verbo en mi realidad, por la que se rige mi día a día.

Renuncié a muchas cosas, muchas valoradas y más que aceptadas socialmente, junto a otras de índole más personal, por tener la bendita ocasión de ver atardeceres irreales en Camboya, palpar la piel de un tigre, escuchar el vaivén del océano Pacífico, saborear un Irish Stew o deleitarme con el olor de la hierba recién cortada en los aledaños del ateniense Templo de Zeus, durante la noche de ayer.

Si cuatro años atrás alguien me hubiese dicho que ahora estaría escribiéndote desde Atenas, mientras creo mi primera guía de viaje, no le hubiera dado credibilidad. Pero la vida cambia y nosotros, a través de nuestras experiencias, cambiamos con ella. Y no solo cambiamos, también aprendemos…

Para celebrar el cumpleaños de este rinconcito que cobra vida con mis palabras y fotografías, quiero compartir contigo algunas de las lecciones que he ido asimilando como consecuencia de vivir de manera itinerante. Sin una dirección postal permanente y con la certeza de que nada lo es en mi horizonte.

Nunca será buen momento para viajar…

Siempre encontrarás alguna excusa, ya sea económica, personal o profesional que te lleve a pensar que el momento actual no es el mejor para iniciar un viaje. Lo que no sabes es que dentro de un mes, dos o tres, cuando vuelvas a plantearte la misma cuestión, tendrás los mismos impedimentos o habrán surgidos otros nuevos.

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De camino a Ibiza, yeahhhh…

Darle importancia a lo que realmente la tiene y ser más vital

A veces nos aferramos a cosas materiales o a otras personas que están a nuestro alrededor para darle sentido a nuestro día a día. Estos últimos años viajando me han enseñado que ese sentido no tengo que buscarlo fuera.

Amarrarse a cosas materiales es un error ya que reportan una felicidad pasajera, al igual que lo es hacerlo a otras personas. Está bien disfrutar con ellas pero no hay que olvidarse de una de las mayores verdades en la vida: el único que puede hacerte feliz siempre y cumplir cada uno de tus sueños y objetivos, sean de la naturaleza que sean, eres tú, nadie más. No lo olvides y confía en tus posibilidades, siempre.

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Dubái (Emiratos Árabes Unidos)

Viajar te hace más tolerante

Conocer cómo vive la gente en otros países, las diferentes cultural y formas de hacer las cosas, te hace más empático y también más sensible hacia aquello que consideras injusto y cruel. Te ayuda a ser más respetuoso con los demás y tener más paciencia.

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Phnom Penh (Camboya)

Hacer deporte y comer sano

Cuando se viaja es difícil tener rutinas. Por ello hay que «obligarse» a desarrollarlas. Si se «malcome» o no se hace ejercicio por una semana, el mundo no se derrumba… pero si eso se hace por sistema durante meses, no es que uno se tenga en especial aprecio. Hay que buscar la forma de llevar una vida sana y equilibrada, independientemente de dónde estemos. Recuerda, para correr o andar tan sólo es necesario unas zapatillas… y a veces ni eso 😉

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Venecia (Italia)

Hay veces que hay que decir: «NO»

Viajar por el mundo no tiene por qué resultar caro, de hecho, no lo es. Pero lo que está claro es que hay que cubrir una serie de necesidades básicas en las que sí que hay que emplear dinero. Es por ello que viajar por tiempo ilimitado te ayuda (obliga) a ser organizado y previsor con el dinero que se cuenta.

Hay veces que es necesario decir no a planes que te proponen personas que te vas encontrando por el camino o incluso amigos de toda la vida. Evidentemente, tu presupuesto por día para poder viajar 365 días al año no es el mismo que el de una persona que lo hace por un mes. No aceptes planes que no te puedas permitir y, lo que es más importante, no limites a los demás con tu presupuesto.

Hacer amistades memorables

Es muy fácil encontrar personas maravillosas mientras se viaja. Pero lo que sobre todo es más fácil es conocer a otros viajeros con los que compartir aficiones comunes y una visión del mundo muy parecida. De ahí que muchas veces sea realmente sencillo conectar con alguien y crear vínculos para toda la vida. Ejemplo de ello es mi compañero de viaje por siete meses, al que conocí de viaje en Vietnam. Mi querido Flipi 😉

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Donghae (Corea del Sur)

Aprovechar para hacer cosas diferentes todos los días

¿Quién sabe cuando volverás a Japón y podrás comer su genuino sushi, o subir a la Torre de Pisa, o nadar al lado del tiburón ballena, o charlar con un monje budista o estar a -40º C en el Laigo Baikal? Son oportunidades que se presentan mientras viajamos y que NO debemos dejarlas pasar. La experiencia es un grado y la vida está compuesta por ellas. Vive y enriquécete de las que te brinda viajar, que son muchas y constantes.

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Seúl (Corea del Sur)

En cuestión de equipaje: menos es más

Viajar ligero, sin casi equipaje, fue una de las primeras cosas que aprendí a la fuerza, tras pasar muchos momentos de estrés cargando con una mochila de 15 kilos a mi espalda. No cometas el mismo error, por favor.

Aplicar el sentido común

Cuando llevas viajando por un tiempo te vuelves más precavido y, en cierto modo, aprendes a desconfiar de ciertos comportamientos. Si lo haces bien, sin llegar a obsesionarte, es una ventaja ya que te ahorrará situaciones de verdadero estrés e incluso riesgo. Por no hablar de los timos varios a los que los viajeros nos vemos expuestos con tantísima frecuencia…

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En busca de una supuesta ruta selvática en Cameron Highlands (Malasia)

Respetarse lo suficiente para no hacer algo u obligarse a hacerlo

Cuando se viaja y más aún en soledad, es muy fácil hacer siempre lo que a uno le apetece, sin importar a veces si esa es la opción más recomendable (o responsable). De la misma manera que en ocasiones nos obligamos a hacer cosas que realmente no queremos por el simple hecho de «estar de viaje» y no desperdiciar la oportunidad de asistir a la fiesta «X», subir a tal montaña o visitar tal museo.

Escúchate y respétate intentando encontrar un equilibrio entre lo que quieres y debes hacer, sin caer en la vagancia…

Dejarse llevar

Antes me empeñaba en planificarlo todo. Hasta cierto punto lo considero normal ya que cuando viajas por unos cuantos días quieres que el tiempo cunda. Sin embargo, ahora pienso de manera diferente. He descubierto que una de las cosas más maravillosas que te brinda estar de viaje es poder experimentar y para ello hay que tener una actitud abierta y receptiva, lo cual confronta de manera casi drástica con tener un itinerario absolutamente cerrado y planificado.

Prueba a viajar una vez sin agenda, sin hoja de ruta y déjate llevar por tus sensaciones, las que te transmita la gente que conozcas o el lugar que estés visitando. Decide sobre la marcha si moverte hasta tu próximo destino o permanecer.

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Dong Kong (Laos)

Mantener la mente abierta también para aprender

No hay que perder la curiosidad por conocer aquello que nos rodea ya que es lo que nos empuja a seguir aprendiendo y a convertirnos en personas de mayor provecho. Leer, intercambiar ideas, experimentar en primera persona y, por último, reflexionar sobre todo ello.

Hay veces que también hay que aprender a ser feliz. No hay que pensar que es demasiado tarde, si lo haces… viaja y recupera la fe. Y, sobre todo, no olvides formarte a diario. Este último punto es de obligado cumplimiento.

Gracias por leerme en un día especial para mí. Por muchos más años…


Hola! Soy Patricia, fácilmente me podrás encontrar de ruta por Noruega, haciendo fotos en Seúl o comiendo paella en Ibiza. He viajado a casi 50 países y tachado de la lista algunas aventuras épicas que siempre quise vivir.

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2 Responses
  1. Hola Patricia, me ha gustado mucho tu post. Son unas reflexiones que comparto al 100% después de haber dado la vuelta al mundo. Me gusta que la gente no sólo comparta lo que ve, sino también lo que aprende cuando viaja. En breve lanzaré mi blog de viajes, fotografía y desarrollo personal, y quiero decirte que estás resultando una inspiración. ¡Enhorabuena y sigue así!

    1. Hola Luis! Son comentarios como el tuyo los que dan sentido a este blog.
      Muy agradecida por tus palabras. Estoy deseando poder ver tu blog… así que, por favor, en cuanto lo tengas listo, déjame el enlace para que pueda seguir tus andanzas por el mundo 🙂
      Ánimo con todo el trabajo de creación de la web, que es arduo pero vale 100% la pena. Ya lo verás!
      Abrazos viajeros!

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