Si tuviera que volver a una ciudad de Asia para quedarme allí por un tiempo y ver la vida pasar, la elegida sería Luang Prabang.
Laos es un país del que aún queda mucho por escribir y descubrir. Lo mismo le sucede a su capital cultural: Luang Prabang. Una ciudad situada al norte del país que se ha convertido con el paso del tiempo en el paraíso de los viajeros con o sin mochila que buscan unos días de respiro, alejados del turismo masivo.
Esta joya situada en el interior del Sudeste Asiático, permanece ligeramente eclipsada por sus populares vecinos: Tailandia, Vietnam, China y Camboya. Sin embargo, y a pesar de recibir menos turismo (tendencia que en los últimos años está cambiando notablemente), Laos, y Luang Prabang en particular, no tiene nada que envidiarle a ninguno de estos países ya que goza de una belleza y una cultura difícilmente comparable.
Aunque allí la vida pase lenta, hay muchas cosas que hacer en Luang Prabang. Muchas de ellas tienen que ver con involucrarnos en sus tradiciones, otras con disfrutar de su gastronomía y otras con conocer su exuberante entorno.
Os propongo un itinerario de 24 horas por la ciudad para conocerla a fondo, visitándola con calma, sin agobios de última hora, permitiéndose algún que otro respiro a resguardo del sol abrasador.
Suena el despertador justo antes de que salga el sol. Tiempo justo para vestirse y coger la cámara con la batería cargada. Objetivo: retratar la Ceremonia de entrega de almas, una de las tradiciones más longevas. Esta tiene lugar todas las mañanas y está protagonizada por cientos de monjes budistas que salen a la calle para recolectar los alimentos que les entregan los turistas o lugareños.
Tú también puedes formar parte del ritual. Para ello tendrás que comprar algo de comida y sentarte en la acera de alguna de las calles por las que pasan los monjes.
Sin duda, uno de los madrugones mejor aprovechados de mi vida.
Tras el subidón de la ceremonia toca sentarnos a desayunar y empezar el día con energías. Qué mejor manera que hacerlo degustando cualquier a de los riquísimos batidos naturales de frutas que venden en los puestos callejeros. Justo en la calle del Mercado Nocturno verás muchos puestos que sirven bocadillos o bollos a los turistas. Elige el tuyo y si te ha gustado, ¡repite!
Recomendación personal: El milkshake (batido en inglés) de mango está delicioso 😉
Una de las tareas más arduas y complicadas cuando viajamos por Asia es encontrar el mejor medio de transporte para desplazarse de un lugar a otro de forma rápida y, sobre todo, económica. En Luang Prabang encontrarás muchas formas de hacerlo. Yo te recomiendo que antes de elegir, hables con varios locales y regatees el precio del servicio. Si no sabes cómo hacerlo, aquí te dejo las claves para ser un negociador nato.
Luang Prabang tiene un entorno natural increíble. Ejemplo de ello son las Cataratas de Kuang Si, situadas a tan sólo 30 km al sur de la ciudad. Allí podrás darte un baño en aguas de color azul turquesa y admirar este paraje natural formado por una catarata con tres niveles diferentes. Si te gusta el senderismo, podrás subir a lo alto de la catarata y ver las vistas desde arriba. Impresionan.
Asia en general y Laos en particular es un paraíso para todo aquél que disfruta de la buena mesa. Allí todos los platos tienen un sabor exquisito (menos cuando se pasan con el picante… ) por lo que será difícil no acertar con la elección. El arroz o la pasta en todas sus variantes son los acompañantes estrella de cualquier plato.
No temas y prueba algo nuevo cada día, incluso si no sabes lo que pone en la carta…
Además del sabor, el precio tan económico de la comida te ayudará a hacer una mejor digestión.
Si te has levantado a las 05:00 de la mañana es muy probable que a esta hora necesites un pequeño descanso bajo un reparador chorro de aire acondicionado. Pero, ojo, que aún queda mucha tarde por delante…
Si te digo que en el año 1995 la UNESCO declaró a esta ciudad Patrimonio de la Humanidad seguramente te parecerá corto un paseo de dos horas por sus calles y monumentos más destacados. Así es. Sin embargo, en un par de horas podrás descubrir los entresijos de la ciudad, visitar el Palacio Real, algunos de sus templos más importantes y admirar el influjo francés en la arquitectura de los edificios.
Ya conoces más o menos la ciudad, donde se concentra la mayor parte de los turistas que llegan a Luang Prabang, pero si quieres adentrarte en la parte más rural te animo a que cruces el puente de bambú y accedas a la otra orilla. Allí será mucho más probable que te cruces por la calle con unas cuantas gallinas que con un grupo de alemanes.
Es lo más parecido a desplazarse hasta un poblado laosiano apenas a unos metros de distancia.
Una puesta de sol en el Río Mekong es una de las actividades que no puedes perderte. Nunca se sabe si será la primera y última vez que puedas disfrutar de algo así. Por tanto, encuentra un buen sitio desde el que ver como desciende el sol paulatinamente hasta esconderse detrás de las colinas.
A este momento romántico y poético le resta un poco de encanto el hecho de tener que esquivar cabezas para poder tirar una foto decente, pero tranquilo porque con paciencia lo conseguirás…
Ya va siendo hora de reponer fuerzas y qué mejor manera que hacerlo en buena compañía y, sobre todo, degustando alguno de los platos típicos locales. En Luang Prabang es muy popular cenar en los buffets del mercado nocturno o en algún puesto callejero. Si optáis por algo más especial os recomendaría que probaseis la denominada Lao BBQ. Cada mesa cuenta con una pequeña brasa en la que poder cocinar tu propia comida compuesta por carne, vegetales… tú eliges.
Para bajar un poco la cena una alternativa 100% recomendable es darse un paseo y comprar algunos regalitos en el archiconocido mercado nocturno de Luang Prabang. Allí encontrarás todo tipo de recuerdos ideales y baratos para familia y amigos.
Cuidado porque querrás llevártelo todo a casa…
Para los más marchosos la noche laosiana se presenta con muy buenas perspectivas, sobre todo después de tomarse un Lao-Lao, la bebida alcohólica estrella del país. Es un tipo de whisky hecho con arroz, además de miel o escorpiones. Es mejor vigilar cuantos te tomas porque conozco muchas historias de viajeros que al día siguiente no pudieron casi levantarse de la cama tras unas cuantas rondas. Sin duda, el lao-lao deja KO!!!
La opción de irse a dormir es menos tentadora pero no hay que preocuparse si tu cuerpo te pide descansar un rato porque aún queda el colofón final…
La colina de Pu Shi se encuentra en el centro de la ciudad. Es el punto más alto y también más sagrado de la urbe. Desde allí las vistas son estupendas, de ahí que merezca la pena ir al amanecer y subir los 300 escalones que hay hasta la cima. Además, hay que pagar un ticket de entrada para poder acceder, dinero que te ahorrarás si vas a la hora que te propongo.
Comienza un nuevo día el Luang Prabang. Afortunados todos los que os encontréis por allí! A DISFRUTARLO!!
Hola! Soy Patricia, fácilmente me podrás encontrar de ruta por Noruega, haciendo fotos en Seúl o comiendo paella en Ibiza. He viajado a casi 50 países y tachado de la lista algunas aventuras épicas que siempre quise vivir.