Según cuenta una leyenda budista, durante la noche de luna llena del tercer mes lunar, Buda enseñó a sus discípulos los tres principios básicos de su religion: hacer el bien, evitar el mal y conservar la pureza del alma.
Actualmente se celebra ese momento bajo el nombre de Makha Bucha. Un día de fiesta nacional en Tailandia durante el cual los fieles acuden al templo para aportar sus ofrendas en honor a Buda. Este año tuvo lugar ayer, día 25 de febrero de 2013 y, como no, había que festejarlo por todo lo alto.
La experiencia me dice que la intención de la mayoría de viajeros con los que me he cruzado en este y otros viajes es adentrarse en la cultura local del país en el que están. Para ello, nada mejor que hacerlo de la mano de locales que se van conociendo por el camino (vía Couchsurfing, por ejemplo) y eso es lo que me ha permitido Panupong, mi amigo tailandés. Él y su familia me han brindado la oportunidad de vivir un auténtico Makha Bucha rodeada de tailandeses, sin guiris a la vista.
A las diez de la mañana llegamos al Templo Nong Bua, situado en mitad de la selva y cercano a la localidad de Prachuap Khiri Khan, donde estoy alojada. A esa hora cientos de tailandeses ya se encontraban dentro del templo escuchando el sermón del main monk. Justo a la entrada del recinto había decenas de cuencos con la comida que los fieles poco a poco habían depositado para los monjes, a modo de ofrenda.
Una vez terminado el sermón, todos los monjes se dirigieron hacia los cuencos repletos de comida con un aspecto exquisito y comenzaron a comer bajo la atenta mirada del resto del pueblo. Cuando terminaron, el resto de fieles llenaron sus buches con las sobras que habían dejado los monjes.
A partir de ese momento, algunas personas vuelven a sus casas o practican la meditación durante algunas horas. Para mí fue muy especial ya que por primera vez pude hablar con un monje budista y hacerle algunas preguntas acerca de su vida y religión. La charla, que duró poco menos de una hora, fue de lo más interesante, pero os hablaré de ella en otro post porque el Makha Bucha no termina aquí.
Por la tarde, cuando cae la noche, los fieles regresan a los templos locales para llevar a cabo el Wien tien, una vistosa y solemne procesión nocturna durante la cual se rodea el templo principal por tres veces en el sentido de las agujas del reloj mientras se practica la oración.
Para poder participar, lo normal es ir ataviado con ropa clara, que cubra los hombros y las rodillas, y portar una vela junto a un motivo floral que se puede adquirir en algunos de los puestos de venta que suele haber a la entrada de los templos por unos 10 bath, aproximadamente.
Después de practicar todos estos rituales tu alma debería de ser un poquito más pura. Sino es así, al menos habrás disfrutado de un día diferente e interesante, sumergido por completo en las creencias religiosas tailandesas.
Hola! Soy Patricia, fácilmente me podrás encontrar de ruta por Noruega, haciendo fotos en Seúl o comiendo paella en Ibiza. He viajado a casi 50 países y tachado de la lista algunas aventuras épicas que siempre quise vivir.
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