Si te gusta ver las ciudades desde lo alto con una perspectiva de 360º, entonces tienes que ir a la Colina Licabeto. El monte situado en el centro de Atenas
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La Colina Licabeto es uno de los miradores naturales a los que se puede y se debe subir en Atenas para contemplar su exhuberante entramado urbanístico. Pero Licabeto no es cualquier colina. Desde lo alto de este monte, a 278 metros del suelo, se obtiene una de las mejores panorámicas de la ciudad, siendo la vista de la Acrópolis una de las más bellas que se puede ver.
Vista de la Acrópolis desde la Colina Licabeto
La Colina Licabeto o como su nombre indica en castellano «Colina de los Lobos» (dado el gran número de lobos que, al parecer, habitaron aquí en siglos pasados), es uno de los lugares más turísticos de toda Atenas. A partir del año 1880 se decidió transformar la colina, antes despoblada, en un denso monte, adquiriendo el aspecto que luce actualmente.
* Según cuenta la leyenda, Atenea, patrona de Atenas y diosa de la sabiduría y la justicia, cogió una enorme roca del monte Pentélico con el fin de colocarla sobre la colina de la Acrópolis. Su objetivo era elevar la altura de la colina sagrada para que estuviera más cerca del cielo. Sin embargo, durante el traslado, la diosa recibió malas noticias y dejó caer la roca antes de tiempo, formando así el Monte Licabeto.
Para llegar a lo alto de la colina se puede hacer de dos formas. La primera de ellas es a pie. Es la más recomendable si se está un poco en forma y se quiere disfrutar de la ascensión, al tiempo que se atraviesan estrechos senderos rodeados de densa vegetación, en su parte más baja, y se transita por una vía algo más ancha y asfaltada, con algún que otro banco para descansar y contemplar la ciudad, justo al final del recorrido.
Para los más perezosos, también existe un teleférico que funciona todos los días y que sube hasta lo alto de la colina sin realizar esfuerzo alguno. La entrada al teleférico está en la esquina entre las calles Aristipu y Plutarhu, ambas situadas en el adinerado barrio de Kolonaki.
El mejor momento para subir a la Colina Licabeto es durante el atardecer, justo cuando el sol se pone detrás de la Acrópolis y el crepúsculo tiñe de tonos anaranjados los tejados de la ciudad. El espectáculo está garantizado.
En el punto más alto de la Colina Licabeto hay una capilla ortodoxa de reducidas proporciones dedicada a San Jorge Caballero (Ayios Yeoryios). El blanco inmaculado de su fachada destaca en lo alto del monte, junto a su característico campanario.
Se dice que en la antigüedad, en el lugar que hoy ocupa la capilla, había un templo dedicado a Zeus y que más tarde fue sustituido por una pequeña iglesia dedicada al profeta Elías.
La Colina Licabeto es uno de los puntos más altos de toda Atenas y es por ello que su perfil puede contemplarse desde prácticamente cualquier parte.
Estas son algunas de las imágenes en las que aparece la Colina Licabeto, que fueron tiradas desde otros lugares de la capital griega.
A sabiendas del encanto que posee este lugar y las impresionantes vistas de 360º que se obtienen de la ciudad, hay varias cafeterías y restaurantes en los que poder comer o tomar algo antes de retomar el camino de vuelta, hasta la base del monte. Si tienes un presupuesto reducido, presta atención a la carta antes de tomar asiento ya que los precios suelen ser algo elevados, pero las vistas lo valen 😉
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