«Te advierto, quienquiera que fueres tú, que deseas sondear los arcanos de la naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el Tesoro de los Tesoros. Hombre, conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses».
Inscripción en el Templo de Apolo
En la Grecia continental, al noroeste de Atenas, está Delfos, el que fuera considerado el ombligo o centro del mundo antiguo. Ostentaba tal honor porque justo allí se encontraba la morada de Pitonisa, la intérprete del oráculo de Apolo cuya función consistía en predecir el devenir del mundo.
En las faldas de una empinada colina se hallan las ruinas de Delfos. Este yacimiento arqueológico, delcarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1987, tiene como principales atracciones: el templo dórico de Apolo, el teatro y el estadio. Si a todo ello le sumamos un telón de fondo de cipreses y olivos que se extiende hasta el Golfo de Corinto, el espectáculo es increíble.
Delfos hoy por hoy es uno de los pueblos más turísticos de toda Grecia gracias a sus ruinas milenarias y al monte Parnaso, parque nacional convertido en un importante centro alpino durante el período invernal. Los poco más de 180 km que le separan de Atenas, la convierten en una excursión casi obligada en cualquiera de los itinerarios o como primera parada de camino a Meteora, otra de las visitas imprescindibles dentro de territorio griego, a unos 245 km de distancia.
Debido a su enorme importancia histórica y a su cercanía con Atenas, Delfos se ha convertido en un centro vacacional para los visitantes que durante todo el año acuden a ver sus ruinas arqueológicas y para los deportistas que en invierno practican esquí alpino.
Si nos centramos en su patrimonio, no hay que perderse:
Una vez dentro del recinto arqueológico, la visita estrella es el santuario o Templo de Apolo. Hasta llegar a él habrá que ascender por la Vía Sacra, dejando atrás el ágora y varios templetes, también llamados Tesoros, que cumplían la función de guardar las ofrendas que las ciudades-estado le hacían al oráculo con la intención de recibir sentencias favorables.
Cuando se llega al templo de Apolo, del que quedan algunas columnas dóricas en pie, se puede ver el lugar exacto en el que se situaba la pitonisa. Según relatan escritores importantes de la época como Cicerón, Plinio, Platón o Pausanias, la sacerdotisa encargada de emitir los augurios del dios Apolo llegaba al éxtasis tras emanar gases del fondo de la tierra. Otras fuentes, sin embargo, afirman que tan solo mascaba hojas de laurel. Para saber más, visita este enlace.
Según cuenta la leyenda, el santuario fue fundado por Zeus en el lugar exacto en el que las águilas señalaron el centro del mundo. Desde entonces, Delfos vivió su época de mayor esplendor con el culto a Apolo, albergando multitudinarias peregrinaciones procedentes de todas partes.
El final de su actividad tuvo lugar en el siglo IV d.C., cuando el emperador Teodosio el Grande prohibió sus prácticas por considerarlas paganas.
A pocos metros del monumental templo de Apolo, en sentido ascendente, se encuentra el teatro, el cual goza de un excelente estado de conservación y desde el que se pueden obtener algunas de las fotografías más bellas del lugar.
Para terminar la visita, hay que seguir ascendiendo por las escaleras que conducen al punto más alto del recinto, lugar en el que se emplazó el estadio.
Ahora sí, aprovecha para tomarte un respiro a la sombra, sobre todo si es verano…
Desde Atenas, ya que suele ser el lugar del que parten la mayoría de excursiones para visitar este enclave histórico, la distancia es de unos 180 km. Para recorrerlos se tarda entre dos y tres horas ya que los 100 primeros kilómetros se hacen por autopista de peaje, mientras que los 80 restantes por carreteras secundarias, con bastantes curvas.
Desde la capital de Grecia hay que tomar la autopista E75 (peaje) y seguir por ella hacia el norte, en dirección a Lamia. Recorridos unos 100 km de distancia hay que coger la salida a Castro y continuar la ruta por carreteras secundarias hacia Levadia. El pueblo anterior a Delfos es Arachova, desde ahí solo hay que recorrer 11 km más.
En los próximos días continúo con más artículos e información práctica sobre Grecia y todos los encantos que encierra, que no son pocos 🙂
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